
Legítimo luchar: Susana Harp
La senadora oaxaqueña señala que algunos temas no se defienden sólo con canciones y con buenas intenciones difícilmente se les podría encontrar solución
Aunque un escenario como intérprete es más cómodo y la lucha por causas fundamentales desde la sociedad es legítima, hay temas que no se pueden resolver solamente con canciones; hay que cruzar la línea y también trabajar desde el otro lado; “a mí se me abrió una puerta (en el Senado de la República), tengo muchos años trabajando con comunidades indígenas y me pareció una gran oportunidad, y no aceptarlo hubiera sido un gran acto de cobardía”, dice con franqueza la artista y hoy también senadora, Susana Harp Iturribarría. La cantante, quien es ícono de la reivindicación de las raíces indígena y mestiza, combina hoy su actividad artística y de defensa de las culturas originarias con la labor de legisladora por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Accesible, sin poses ni simulaciones, en entrevista hace una reflexión enérgica que tiene sabor a reto: “es muy fácil criticar en redes sociales, tener una postura, hacer una linda canción, (pero) cruzar la raya y ponte a trabajar desde el otro lado, también es válido, porque es muy fácil criticar”.
De bote pronto, Susana Harp responde a cada pregunta que se le formula en el patio central de la sede del Senado en la Ciudad de México, en el área en que se encuentra la exposición “Afroméxico”, que refleja con orgullo la negritud nacional. Abierta y relajada, no duda en admitir que prefiere el escenario al estrado senatorial, pero reconoce que se trata de “otro espacio, una gran tribuna, en donde se podrán resolver cosas que no se pueden solucionar con canciones y con buenas intenciones”.
Harp Iturribarría también reconoce sin poses que hay un dejo de contaminación en la vida del artista con su participación en la actividad política, pero tampoco la condena y considera que vale el esfuerzo, pues “la política bien vista es trabajar por el bien comunitario”.
Susana, que ha andado por décadas pasos infatigables por la defensa de las comunidades marginadas de su natal Oaxaca y otros estados del país, hoy representa a su entidad en el Congreso de la Unión, tras ganar en las urnas el escaño que ocupa. Es presidenta de la Comisión de Cultura en la Cámara Alta y ha logrado trasladar sus causas, esas que describe como importantes, fundamentales, al ejercicio senatorial.
Susana Harp es reconocida en casa y en países de Latinoamérica y Europa como una de las máximas representantes de la canción tradicional, que frecuentemente interpreta en zapoteco, mixe, náhuatl, maya, además de español, se ha propuesto desde “esta puerta que se me abrió”, pugnar por la visibilización de aquello que pareciera haber sido olvidado en la agenda legislativa.
VISIBILIZACIÓN CONSTITUCIONAL
El pasado 18 de octubre, en el del Día Nacional contra la Discriminación, en el patio central del edificio sede del Senado, en la intersección de la avenidas Insurgentes y Reforma, en la Ciudad de México, fue inaugurada la exposición fotográfica “Afroméxico”, que exhibe el trabajo de cinco artistas visuales que retrataron la cultura de las comunidades afromexicanas del país, que ha sido presentada también por impulso de Susana Harp en otros foros.
Ese mismo día, la senadora oaxaqueña propuso en la sesión ordinaria reconocer en la Constitución Política a los pueblos afrodescendientes mexicanos, como parte de la composición pluricultural de la nación, para que tengan los mismos derechos los pueblos y comunidades indígenas originarios y se garantice su libre determinación, autonomía, desarrollo e inclusión social.